Arte y cultura Opinión

Sebastián Jiménez: “cuando la poesía viaja en moto”

Por: Irama de Jesús Rodríguez 

Carlos Sebastián Jiménez nació en El Cairo, Valle del Cauca en 1992 en una familia de campesinos que desde pequeño le inculcaron el amor por la lectura,  esa misma que lo impulsa a buscar a través de historias, significado a su vida misma.  Conocí a Sebastián una tarde de mayo en Agustín Codazzi Cesar en el marco del VI Festival internacional de la Poesía y Encuentro Nacional de Declamadores CLEMENCIA TARIFFA, cerca a una mata de plátano -que no lo era- y una moto negra que es su compañera inseparable.  Sebastián desde muy niño se aficionó por la filosofía y la psicología y años más tarde descubriría en la poesía el catalizador de sus emociones en donde sin lugar a dudas se siente a gusto. 

Sebastián es de caminar pausado, de mirada penetrante y sin lugar a dudas cuando lo tratas, sientes que hablas con un ser humano de una sensibilidad sin igual. Se ha forjado a punta de guerrear. La vida no ha sido fácil para él y le ha tocado trabajar en diferentes ámbitos, asumiendo cada uno de ellos con mucho respeto. Estudió administración y mercadeo con énfasis en Marketing digital.

Sebastián Jiménez durante su participación en el Festival internacional de poesía “Clemencia Tariffa”, realizado en Agustín Codazzi (Cesar)

Cuenta que en sus tiempos libres escribía poesía y en el 2021 los recopiló y publicó su primer libro:  Néctar en letras Colmena de poesía por la plataforma de Amazon. 

La vida le enseñó a reinventarse una y otra vez y así surgió el Sebastián viajero, ése que busca en cada rincón un motivo para contar y ha hecho de sus historias su estilo de vida. 

Le pregunto sobre la poesía y baja la voz y deja de ser el viajero y me dice como contando un secreto que sus poemas han llegado a  corazones de toda Latinoamérica y Centroamérica, entre otros países, con gran fuerza en México y Argentina.

Sebastián ama la magia de cada paisaje, se asombra y presta atención a los pequeños detalles en sus recorridos, imperceptibles para muchos y trata de resaltarlos ante el mundo a través de sus redes sociales.

De derecha a izquierda, Sebastián Jiménez y un grupo de poetas y escritores

Al preguntarle sobre qué escribe, suspira, se acomoda en la silla y casi con voz de cura me dice: Irama, “en mi forma de escribir, suelo empezar con alguna frase concreta y desde ella empezar construir un texto. Me dejo llevar por el poema, de alguna extraña forma él decide si será una frase corta, un hermoso verso, o una prosa.
La unión de las palabras en busca de belleza de la mano de la emisión, buscan el camino que mejor las haga existir. Encuentro en la poesía y el viajar, cierta similitud. Ambos me apasionan, y los siento lleno de sorpresas. A veces llueve, a veces llora, otras la alegría reina cómo solo en cielo azul. En cualquier caso, al final, aprendí siempre a disfrutar el recorrido”.

Y es que esa es la esencia de Sebastián,  un ser que ha logrado que la poesía  sea su musa invisible, esa musa que le permite descubrir la magia del universo a través de la palabra que él da a conocer en sus redes.

En su moto también visitó al municipio de Aracataca, la tierra de Gabo

Sebastián,  el de caminar pausado, sin prisas, pero que sabe a donde se dirige y que sueña con poder unir dentro de muy poco en sus viajes a poetas de las regiones que visite y así lograr que la poesía viaje en su moto.

Mientras yo me despido de él con un abrazo y lo veo subirse a la moto y en un suave rugir, lo veo alejarse en busca de una nueva historia que contar y una nueva poesía nacerá. 

“El alma no necesita respirar para sentirse viva

Tan solo saber agradecer

Tener porqué luchar

Y de vez en cuando

Suspirar”

Sebastián Jiménez

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