Arte y cultura Opinión

Dina Luz

El cuento de Pepe 

Por: Pedro Norberto Araujo Castro 

Escalona tenía mucha afinidad con Villanueva; allí gozaba del cariño de su gente en especial de sus amigos el Tite Socarrás, Ospicio Baquero, Silvestre Dangond, Raul Lafauri Acosta y el de Sabas y Rodrigo Socarrás .

Para un 18 de septiembre había sido invitado a la celebración de las fiestas del santo patrono de Villanueva, Santo Tomas. Escalona desde muy temprano llegó fullero, procedente de La Paz, lo hizo acompañado de su buen amigo y compadre Miguel Canales  a quien había recogido en su paso por la Montaña. 

A la hora acordada ingresó a la fiesta organizada en casa de  Toño Davila, jolgorio amenizado por el viejo Emiliano Zuleta Baquero quien ejecutaba con destreza su flamante acordeón. Sus amigos parranderos Juan Félix , Cheito, Chico y José Galo Daza, Poncho Cotes, Canopan Cabello, Beltrán y Enriquito Orozco. Como complemento musical requirieron en el barrio el cafetal al joven acordeonero  Egidio Cuadrado Hinojosa, a quien enviaron a buscar y quien sin vacilación aceptó la invitación que le extendiera el Maestro Rafael. 

La parranda fue muy sonada, tanto que a ella se acercaban chismosos y curiosos procedentes de todas partes entre ellos Dina Luz, hermana de Egidio y quien representaba en casta, pureza y belleza el señorío de la mujer villanuevera.  Escalona, sagaz y conquistador, atento, brillò en emoción al notar la presencia de la esbelta y atractiva rubia a quien no dejó de cortejar en toda la noche.

Al día siguiente partió desde tempranas horas, debía abordar un avión ya que el presidente López lo había citado a palacio. Una vez allí le pidió que le aceptara una invitación a Leticia porque debía hacer escala allí para un encuentro con su homólogo brasileño, el presidente  Ernesto Geisel en la ciudad de Belem del Pará.

Contemplando el ocaso en esos atardeceres hermosos del Amazonas, Escalona decide hacerle una carta a Dina Luz, escrito que lo inspiró y posteriormente convirtió en canción; Rafael estaba emocionado, el presidente López lo había designado  Cónsul de Colombia en la ciudad de Colòn, República de Panamá, ofrecimiento que cumplió al ser nombrado por decreto número 2110 del 1 de octubre de 1974.

“Hice una carta pa’ Dina Luz en la frontera del sur, en Leticia pa’ que no diga que es ingratitud que la he olvidado por otra distinta…”

“Quise comprarle en la pedrea los amuletos que tienen tabú, todas las cosas me parecen feas para regalárselas a Dina Luz…”

“Con cual moneda te puedo comprar si nunca la han hecho y si nunca la harán iba buscando por toda la frontera cosas bonitas para ti en Villanueva…”

“Iba buscando por el Amazonas cosas muy lindas pa’  ti bella mona, iba buscando por el Orinoco el caimán encantado que vuelve a uno loco…”

“Allá en Leticia, allá en la frontera la gente miraba mi triste actitud. Que brasilera, ni que brasilera, a mi me enloquece no más Dina Luz…”

Escalona se posesiona como cónsul  el 8 de enero de 1975, se radica en Panamá, allí gozó de lindos detalles de amor con su nueva conquista. Vuelve luego de tres años que significaron un cambio radical en su vida tanto personal como musical.  A su regreso no se estableció más en Valledupar sino en Bogotá,  adaptándose a las costumbres de la ciudad y al círculo social de la capital.

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