Opinión

No podemos ser lo mismo

Por: Enrique De Luque Palencia

El mundo para ser mundo se necesita de todo un poquito, se necesita el acomodado, el pobre y el rico, una canción interpretada por el gran maestro Diomedes Díaz Maestre; autor Calixto Ochoa, un pensador contemporáneo que en sus letras desde lo cotidiano plasmaba reflexiones interesantes.

Hoy estamos inmersos en la inteligencia artificial con pronósticos de que esta desplazará la creatividad y la mano de obra humana, promete crear libros de 200 páginas ilustradas en cuestión de horas, como también un ensayo, un poema, una canción, una película, un discurso político, hablará y escribirá por el ser; descrito así tendríamos que sentarnos a esperar que ella proponga, proyecte, produzca y satisfaga todas las necesidades incluso, decida a quién elegir y qué sistema económico es mejor para el desarrollo empresarial (hágale la pregunta al ChatBotGPT y se sorprenderá).

En la evolución del ser desde su aparición o noción de esta, hemos pasado de la caverna, al oscurantismo, este le dio paso a la ilustración o romanticismo, descrito en el modernismo, de ahí al posmodernismo; todas las etapas o épocas   han tenido una constante: la búsqueda de satisfacer las necesidades del ser humano, mejorar su calidad de vida, protección y bienestar. En todas, sin excepción alguna, la creatividad y la innovación han estado presente en unas más notables o visibles que en otras. Relacionadas con regímenes políticos y sistemas económicos (Monarquía, Anarquía, Feudalismo, Capitalismo, Socialismo, Marxismo, Comunismo) lo cual permite evaluar o preguntar qué sistema económico y político contribuye a un mayor desarrollo empresarial de un país. Y desde la globalización entendida como un sistema económico único, cuál sería el sistema económico y régimen político que impulse el desarrollo empresarial.

El desarrollo, la transformación, el cambio, la evolución empresarial, tienen una línea de tiempo como la misma evolución del ser, pasamos de lo primario del hombre de la caverna, del nómada al sedentario, de lo artesanal a lo industrial, luego lo tecnológico. La internet, la conectividad, la comunicación, el poder de la información, el conocimiento amplió los horizontes, la revolución 4.0, la robotización, las ciudades inteligentes y hoy a la inteligencia artificial. Todos estos momentos en etapas y épocas diversas, enmarcadas en sistemas económicos y regímenes políticos heterogéneo, aplicados en contextos y circunstancias muy distintas, gracias a lo cual no se escapa ni las posturas religiosas, ellas también avanzan en su manera de aplicar, predicar y actuar.

Es por ello que no podemos ser pragmáticos y apegarnos a dogmas teniendo en cuenta que todo evoluciona, con transformaciones y mutaciones en todos los ámbitos, humano, tecnológico, religioso, empresarial, político, con fusiones unas plenamente identificadas en el transcurrir y fortalecimiento de las naciones, otras sin aceptar o rechazadas por el colectivo sectario.

Por lo tanto, desde esta tribuna se propone acogiendo la canción del maestro Ochoa: Se necesita un poco del capitalismo, otro tanto del socialismo, necesitamos del sentimiento humano para no perder la esencia del ser (la humanización) y de la inteligencia artificial para seguir subsistiendo como raza en este planeta que no para de girar.

Gracias Calixto, gracias, Diomedes, por su visión futurista, el mundo para ser mundo se necesita de todo un poquito. No podemos hacer todos lo mismo, ni tener lo mismo, pero si lo suficiente para vivir sabroso.

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