Opinión

Mi experiencia en la cárcel

Por: Eduardo Pertuz

Me pasaron a la biblioteca de la Cárcel Distrital de Mujeres, mientras esperaba mi turno, un pequeño lugar llenos de libros maravillosos, clasificados por temas, con grandes autores de la literatura universal, novelas, cuentos, etc, tuve la oportunidad de ojear algunos.

Ante un tipo de público que para mí era la primera vez, no niego que me sentí un poco intimidado… ¿cómo atraigo la atención en un medio tan hostil, con personas en una lucha constante por sobrevivir? (la ley del más fuerte).

Con la conferencia: “conversa con tu médico”, tenía claro que hablar de las bondades del aguacate, no era la mejor opción. Preparé  la lectura de un cuento sufí para llegar a las reflexiones; era una fábula donde el rey convocó a los mejores artistas que pudieran captar, en una pintura, “la paz perfecta”. Llegaron de todo su basto reino, cientos de cuadros, pero al final dos eran los que llamaron la atención del  rey, el primero, un hermoso paisaje de montañas, cielo azul, verde prado, ríos suaves que venían de las colinas, llenos de color y alegría; el segundo, un paisaje de montañas, borrascoso, lleno de tempestades, centellas, ríos caudalosos, muy oscuro, pero con un pequeño detalle, justo al lado de la turbulenta cascada, una grieta donde se encontraba un nido, y allí, en el ruido escandaloso del agua, estaba sentado plácidamente un pajarito.  Con todas las asistentes, al igual que el rey, escogimos como ganador el segundo cuadro. La paz, no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin dolor o trabajo duro; paz quiere decir, que a pesar de todos los problemas y sinsabores, logremos mantener la calma en nuestros corazones.  Sentí mucha alegría ver al grupo sonreír, participar, opinar.

Antes de terminar mi intervención, les hice una revelación: ¿saben chicas que aquí en esta institución carcelaria hay un aeropuerto? 

Hubo expresión de asombro en el rostro de todas las participantes: ¿y a donde está que no lo vemos?, soltaron todas la carcajada, cuando les dije: pues en la biblioteca, que tienen justo detrás de ustedes… allí, pueden viajar con la imaginación, conocer mundos nuevos, cada autor les ofrece un universo marvilloso a donde vivir a plenitud,  cada libro las hará libres; prometieron leerlos.

Especial agradecimiento a Elías Menassa, por compartir sus conocimientos en temas de rehabilitación carcelaria, con mucha experticia logró transmitir esas palabras de aliento que se necesitan en esos momentos duros de la vida, fue, sin dudas,  un excelente coequipero. Igualmente, extiendo mis  agradecimientos a Biverly Pájaro del Plan de Emergencia Social (Pes.PR), quien me brindó la oportunidad de vivir esta experiencia,  única y enriquecedora. 

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