Opinión

Mariposa bonita del Cafetal 

“El Cuento de Pedro”

Por: Pedro Norberto Castro Araujo 

En la inauguración de la Feria del libro, que tiene como epicentro hoy a  la ciudad de los Santos Reyes de Valledupar he querido traer para el deleite de los lectores una bonita historia de amor donde fueron protagonistas el maestro Rafael Calixto Escalona y el General Omar Torrijos, Presidente de la Republica de Panamá. 

En 1967 el Presidente de Colombia, Carlos Lleras Restrepo, conocedor del arraigo de los López con los vallenatos designó como primer gobernador del naciente departamento a Alfonso López Michelsen, joven sobresaliente y emprendedor y a quien le abonaba su trayectoria política y familiar.

López, era nieto de Rosario Pumarejo Cotes y en su época de juventud realizó varios emprendimientos en los campos del Cesar como ganadero y agricultor en la hacienda “El Diluvio” 

López vino a saborear la riqueza de estas tierras y como buen cachaco, era amante de un fino escocés y del acordeón, hizo amistad con el maestro Rafael Escalona, quien con sus mágicos versos interpretaba lindas melodías al ritmo de vallenatos.

Con los años , López fue designado y  elegido Presidente de Colombia en el periodo Constitucional 1974-1978 y para congratularse con Valledupar y con su viejo amigo, ordenó al señor Canciller de la Republica Indalecio Liévano Aguirre, nombrar a Escalona como Cónsul de Colombia en Panamá; a este protocolariamente le correspondió presentar credenciales ante el Presidente del vecino país General Omar Efraín Torrijos Herrera, oficial del ejército quien junto  con Boris Martínez y José Ramos Bustamante, decidieron dar un golpe de Estado para tomarse el poder. Torrijos fue Jefe de Estado de la República de Panamá entre 1968 y 1981.

Escalona le había caído el puesto a su medida; era un hombre amante de las relaciones públicas, contemporáneo en edad con el General, ambos nacidos en 1926 e identificados por el gusto por las armas y el amor hacia las mujeres, débiles ambos con el sexo opuesto; en la visita oficial al palacio “De las Garzas” Rafael notó  que le había caído bien al dictador, hombre culto y amable a quien luego de conversar por varios minutos, lo invitó a departir una amistosa cena; Escalona no dudó en construir una gruesa amistad con el General, diálogo que se extendió hasta altas horas de la noche, hablaron de todo, de las ricas tierras panameñas y de sus tradiciones, el maestro igual de las suyas, le conversó sobre sus anécdotas y vivencias como compositor de Patillal, de su época de estudiante en el liceo Celedòn de sus amistades, del pintor Molina, de Pedro Castro, del ‘Turco’ Pavajeau, de Miguel Canales, deColacho  y la vieja Sara, de Manaure, La Tomita y de El Plan, de la garra de águila entregada en el palacio presidencial por el General Valencia, de Poncho Cotes, Andrés Becerra, Juan Félix Daza y Toño Dávila, le habló del cerro Pintao de Villanueva, de las costumbres nuestras;  de La Paz, Valledupar y de San Diego; tanto que  el General Torrijos entusiasmado le dijo al calor de varios Whiskys: “Yo me voy con usted para esas tierras porque tengo deseos de parrandear”

El maestro Escalona, cumplidor de su palabra aprovechó que Torrijos vendría a Cartagena a un encuentro con los Presidentes de repúblicas vecinas y le solicitó al General acompañarlo, por su parte Torrijos tenía afinidad y gran encanto por Colombia por cuanto uno de sus hijos Omar Torrijos Junior, se encontraba casado con Blanca Gladys Caldas Méndez, la artista nacional conocida como “Claudia de Colombia” .

Torrijos no solamente se enamora de la magia macondiana, de los cuentos de Gabo y Juan Gossain sino de una linda y escultural dama, asesora del presidente López y encargada del protocolo del evento; el presidente de  Panamá no hizo otra cosa que galantear a la distinguida mujer quien se encontraba hospedada en el hotel Caribe. Torrijos pide a Escalona llevar una serenata a la habitación donde se alojaba la bella doncella capitalina; complacencia hecha por el maestro quien con sus canciones consiguió unir dos corazones, entre abrazos y risas, Escalona pide al General un puesto adicional en el avión para regresar a Panamá, el de Dina Luz, hermosa mujer, de ojos brillantes y sin igual a quien el mandatario de los panameños le apodó “Mariposa bonita”. 

A los días, el compositor lanza al mercado una canción  en honor a la amistad con el General Torrijos, interpretada por el Ruiseñor del Cesar Jorge Oñate y en el acordeón de Juancho Rois.

“ …Mariposa bonita esa eres tu, de los ojos brillantes y sin igual, sobre el cerro pintao de Villanueva, conocí aquel amor en un jardín y lo lleve en golondrinas sobre el mar, tu te  fuiste conmigo para otras tierras pero siempre pendiente de regresar …”

“…Conocí al General en Panamá, el me habló de su tierra y yo también, sobre el cerro Pintao de Villanueva… y me dijo yo me voy con usted para esas tierras porque tengo deseos de parrandear, pero estuvo de malas el General; se perdió en un avión sobre la selva…”

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