Crónicas Opinión

Cambio de leche 

“El Cuento de Pedro” 

Por: Pedro Norberto Castro Araujo 

Pivijai ha sido por excelencia una región rica en ganadería que ha surtido por años la despensa de los mercados del Atlantico, Bolivar y Magdalena; productora de leche, de vacunos doble propósito y afamada por sus cuerdas de gallos finos; no en vano Poncho y Emilianito, inmortalizaron en un larga duración la canción de la autoría de Julio Oñate Martinez, “ La muerte del gran amigo” canción que hace remembranza a esa  cuerda tan famosa que hay en Pivijay, esa cuerda que le ha dado tanta gloria a don Vicente Caballero quien escogió un brioso pollo de talla muy singular para colocarle el nombre de un amigo parrandero.

Pivijay cuna de mujeres bonitas y de atardeceres hermosos; allí, en una madrugada de un  13 de septiembre de 1944, nació un excelente ser humano a quien sus padres en la pila bautismal le solicitaron al padre Pachito colocarle el nombre de Oswaldo Enrique Bornacelly Herrera. Su padre Augusto Bornacelly Pérez, socio fundador de  la cooperativa lechera del Atlántico Coolechera empresa fundada el día 16 de abril de 1933; hace 90 años. Pionera en la Costa Atlántica en la compra de leche cruda e innovadora en el campo empresarial en la transformación de sus productos lácteos.

Coolechera desde siempre ha sido muy benevolente con sus cooperados; en el suministro de asistencia técnica, la entrega de créditos de consumo y préstamos financieros para la compra de vacas y toros reproductores y en sus farmacias veterinarias entrega drogas a bajo costo para la sanidad y cría de los vacunos; productos que son cobrados en cómodas cuotas y descontados de las quincenas por la venta de leche cruda entregada en la finca de cada productor.

Oswaldo Enrique se levantó como cualquier niño criado en pueblo, correteando a pie descalzo por las calles polvorientas del Pivijay que se fue. Al cumplir sus 15 años su padre quiso contribuir en el proceso de transición de su hijo de convertir al apuesto adolescente en un hombre. Un buen día toma la decisión de llevarlo a un sitio donde trabajaban las meretrices, mujeres de vida alegre o a quienes hoy llamamos damas de compañía. Aprovechó la amistad con su primo Tito Perez, Para dejar al adolescente bajo su responsabilidad en el bar “Tito” , a quien le pide que lo oriente en los temas del amor.

Tito, complacido por la confianza depositada por su pariente, entrega en los brazos de una linda rubia de origen francés al menor Oswaldo Enrique; su padre al despedirse le da la bendición en la frente y un beso en la mejilla  y le dice: Repite cuantas veces quieras; el avispado adolescente aprovechando la orden impartida por  su padre decide saciar sus ansias de varón durante toda la noche. Al día siguiente al llegar su progenitor en busca de su hijo y antes de despedirse, pasa por el mostrador y pide al administrador la cuenta del consumo la cual es firmada en señal de aceptación y aprobación y le dice al cantinero y propietario del establecimiento de comercio: “Pásasela a Coolechera que me la descuenten por leche en tres quincenas”.

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