Opinión

La boda de Colacho 

“El Cuento de Pepe”

Por: Pedro Norberto Castro Araujo 

En una parranda con Leandro, Andrés Becerra, Beltrán Orozco, José Bolívar, Poncho Cotes y muchos amigos de La Paz y de Villanueva, en Casa de la vieja Sara, en El Plan, Nicolás Elías cerró el fuelle de su instrumento musical para que Toño Salas continuara con la ejecución del acordeón y alegremente entonara paseos y merengues vallenatos.

Colacho acomodó su sombrero, sobre su sien inclinándolo a la altura de su ojo derecho, saboreó un vaso doble de wisky seco, antes de acercarse  a su buen amigo Rafael Calixto Escalona Martínez para pedirle al oído un consejo sobre algo que tenía en mente, le mantenía atorada la garganta  hacía varios días y sin poder conciliar el sueño por varias noches.

Colacho mantenía una relación de noviazgo de más de dos años con Fanny  y le comentò al maestro los firmes planes de casarse con la fina y hermosa mujer. Escalona preocupado aconseja a su amigo, en aras de que madurara la idea y se tomara  el espacio suficiente para conocerla, le explicaba que estaba muy joven, con apenas 26 años de edad, que decisiones tan trascendentales no se tomaban de la noche a la mañana, le sugería conocer más a su pareja y darle más tiempo al noviazgo. Colacho por su parte le insistía estar muy enamorado y afirmaba que su hora había llegado. 

Escalona quien nunca se guardaba nada y lo que pensaba lo manifestaba a través de canciones comenzó a tararear un verso  para lo cual  hizo acompañar su silbido melodioso con el sonar de sus dedos y con las notas del acordeón del viejo Emiliano Zuleta Baquero. 

Colacho no aceptó los consejos de su amigo y en tono de rebeldía le manifestó: “Quiero casarme;  quiero casarme, quiero casarme y me casaré .” 

Escalona interrumpió la parranda y le  manifestó a los contertulios, que Colacho no conocía en el lío en que se iba a meter. Mientras tanto Colacho le manifestaba a sus amigos que desde que se casó Escalona,  este no era el mismo, le replicaba que en La Paz,  la Maye lo mantenía acorralado y no lo dejaba salir.

Por su parte Rafael se defendía y en tono jocoso le decía a sus amigos: “Bonita vaina ahora la que tienen mis amigos de que yo estoy fregao desde que me casé ”

Compadre me casé a los 24 años en abril de 1951, tengo más de 10 años de unión  y de convivencia feliz con Marina Arzuaga Mejía,  “Le  voy a demostrar que soy el mismo haciendo lo que un hombre puede hacer, ay pa’ parrandear por la calle con la que se me atraviese, pa’ parrandear  cuando quiera en mi casa o fuera de ella”.

“Soy un hombre completo de los pies a la cabeza y si algún hombre lo duda que me venga a medir, yo salí completico de la iglesia,  nadita me quitó el padre Joaquin.”

Escalona les hacía ver a sus amigos paraderos que su matrimonio funcionaba perfectamente y les aseguraba:

 “A mi el matrimonio nadita me ha quitado yo soy un hombre libre y lo puedo demostrar, adentro de la casa soy casado pero en la calle tengo libertad”.

Fueron tantos los consejos que el maestro Rafael dio a su amigo Colacho que finalmente los aceptó, se casó por amor, con la mujer que su corazón y su mente le indicaron, contrajo sagradas nupcias con el visto bueno de sus suegros Marcos Zuleta y Delfina Fernández,  con su novia Fanny Zuleta Fernández un 15 de agosto de 1962. Ella, como se lo prometió Nicolás Elías, salió de la iglesia con su velo y su corona. Hogar que perduró hasta que la muerte los separó. Colacho Mendoza murió el 27 de septiembre de 2003, fueron muchos años de felicidad y de unión, de ellos quedó el heredero del talento y la versatilidad en el acordeón de Colacho, su hijo, Wilmer Mendoza Zuleta, rey vallenato 2013.

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