Arte y cultura Crónicas

Villanueva, La Guajira, corazón folclórico de Colombia

Por: Hermes Francisco Daza


Cada año, cada 18 de septiembre, es consagrado en Villanueva, sur de La Guajira, a Santo Tomás, su patrono. Las riñas de gallo, las procesiones, los fuegos artificiales, los eventos deportivos son parte de la parafernalia que compone la tradición, que refleja la pujanza de un pueblo, su folclor y sus costumbres, por eso la Fundación del Festival Cuna de Acordeones ” Patrimonio Cultural y Artístico de la Nación ” está preparada para recibir a todos los concursantes y visitantes con los brazos abiertos a su gran festival edición No. 44 del 15 al 18 de septiembre de 2022, homenaje al compositor provinciano Rafael Manjarrez Mendoza.
La historia de los pueblos hay que conocerla para que se haga una evaluación real de sus costumbres y peculiares formas de vivir y mediante este escrito quisiera describir a Villanueva y su festival Cuna de Acordeones.

RAFAEL MANJARREZ, HOMENAJEADO EN EL FESTIVAL CUNA DE ACORDEONES 2022


Antecedentes
Villanueva es un pueblo de leyendas, tradiciones y poseedor de una inmensa riqueza musical. Aquí, por allá en las postrimerías del siglo pasado o en el anuncio de este, hizo su mayor asentamiento, más que en todos los demás pueblos de la Guajira, ese instrumento mágico llamado acordeón, venido de Alemania que había entrado a Colombia por el puerto marítimo de Riohacha.
Nuestros antepasados recibieron el acordeón como una bendición de Dios, porque él vino a contemplar la trilogía musical, formando así el matrimonio perfecto con la caja, originaria de África y la guacharaca nativa de estas tierras. Los primeros cultores de esta población, fueron personas del campo, analfabetas y de un estrato social popular, porque el círculo social de las familias de privilegio, no aceptaban esta música como de ellos, más por perjuicio que por identidad. Pero miren ustedes, la música une, palia y hace milagros, porque en el transcurrir del tiempo todas esas diferencias se fueron subsanando y hoy este acervo cultural día a día ha venido despertando mucho entusiasmo entre su gente, creando escuelas y núcleos de familia que más tarde los llamarían dinastías.
La vida en este pueblo después de la llegada del acordeón, se volvió más amena, tranquila, soñadora y romántica, tal vez por la influencia del instrumento que sirvió de refugio y mitigante de las penas. Hay que acotar que nuestros ancestros aprendieron a tocar el acordeón rápidamente porque eran músicos por naturaleza y ya ellos amenizaban sus fiestas con flautas de caña, chirimía, caña de millo, gaitas, capallores, caja y guacharaca; pero estos instrumentos tocados o ejecutados entre si no llevan la expectativa para una ritmología acorde a las exigencias de ellos mismos; por eso al hacer el acoplamiento de esos tres instrumentos (acordeón, caja y guacharaca), hicieron una especie de juramento de no separarse jamás y ser fiel hasta la eternidad.

TARIMA


Dinastías


Llevando la historia con cronología reseñamos las dinastías que existieron en Villanueva y que le dieron renombre a este pueblo; por ejemplo la dinastía de los Opino (Luis, Miguel y Marciano), de esta familia, sus descendientes también tocan acordeón, los Sarmiento (Francisco, Juvenal y Rafael). Los Daza (Rafael Enrique Daza, Rudesindo y Tomasito). Los Amaya (Amador y Antonio). Los Verdecia, los Rosados, los Gil, los Nieves, los Rodríguez, los Cabanas, los Fuentes, los Quintero y los Kammerer.
Siguiendo la ruta de los años nos encontramos con otras dinastías y con una gama de nuevos compositores, cantantes y verseadores de la música Vallenata, los cuales nos permitimos enumerar: la dinastía Zuleta (Emiliano, Poncho, Fabio, Mario, Iván y Héctor ya fallecido). La dinastía Romero (Israel, Norberto, Rafael, Misael, Rosendo, Limides y José Fernando “El Morre”). La dinastía Maestre (Tomás Camilo, Orangel “El Pangue”, Gabriel “El Chiche”, Heine y Panguito el hijo del Pangue). La dinastía Cuadrado (Egidio, Heber y José, ambos fallecidos). La dinastía Celedón (Daniel, Jorgito, Isaías, Pedro Luís y Alfonso). La dinastía Kammerer (Wildo Padre, Wildo Hijo y Xavier). La dinastía Murgas (José Alberto, Evi, Enrique, éste último fallecido). La dinastía de los Bolaños, a la cabeza de Jesualdo y la dinastía Araujo, a la cabeza de Pablo, y así paramos de contar porque estas notas no alcanzarían para seguir enumerando todos los acordeoneros, cajeros y guacharaqueros existentes en esta tierra bendita. Sin embargo, queremos mostrarle un listado real a manera de inventario de los ejemplares de la música vallenata nacidos en Villanueva y es en ellos que descansa la responsabilidad de cuidar que el Vallenato en Colombia y en el Mundo no decaiga, y son:
Los Hermanos Zuleta Díaz, el Binomio de Oro, Daniel Celedón, Jesualdo Bolaños, Beto Murgas, El Turco Gil, Orangel “El Pangue” Maestre, Egidio Cuadrado, Ernesto Mendoza, Chiche Maestre, Alfonso Cotes jr, Jorgito Celedón, Robinson Damián, entre otros.
Con estos señores estamos demostrando que Villanueva es la mayor despensa generadora de diversas folclóricas de la música Vallenata, en el ámbito nacional e internacional, haciendo mi aporte en cifras aproximadas más del 80% del producto salido al mercado del mundo discográfico.


Fiestas folclóricas
La iniciación del primer festival folclórico patronal que se realizó en Villanueva, se dio a principio de octubre de 1.971. Para esa época, ya se vislumbran las fiestas patronales que cada año se celebran en Villanueva. Fiestas a nivel de “Feria” ya que se hacían riñas de gallos, eventos deportivos y marcando la pauta el marco coreográfico de las procesiones, Tedeum y toda esa clase de actos religiosos de nuestro patrono Santo Tomás.
Pero a pesar de los brillos que reflejan los fuegos artificiales, la “Vaca Loca”, el “Puerco Pelao”, vara de premios y toda esa serie de manifestaciones, fiestas costumbristas de los pueblos de la Costa, le faltaba a estas festividades, algo que engolosinara la sensibilidad, el sentido poético, enmarcando en sus elementos de acordes musicales: su folclor, representado en música, acordeón, caja y guacharaca, símbolos de comunicación pacífica de los pueblos que enmarca este maravilloso horizonte colombiano.
Son las mismas vivencias comunes a todos estos pueblos de la provincia, adornados en estas tierras con un encanto especial que todo nacido en Villanueva suele poseer. Por eso evocamos aquí la presencia inolvidable del ya ilustre desaparecido Don Francisco “Franco” González, que aceptando la proposición que le hiciera el inquieto y también compositor Publio Daza Daza con el fin de agregarle a las fiestas patronales, un festival de música folclórica regional, ya que Villanueva tenía material humano, innumerables recursos musicales, y a la vez rescatar lo que realmente le pertenece al municipio de Villanueva, su folclor, su música de acordeón, que ha demostrado que es la mejor forma de integrar los pueblos de la Costa Norte Colombiana y lograr lo mejor abrir el campo turístico, entonces Publio Daza fundó en octubre de 1.971 el primer festival de esta índole y se le denominò “Primer Festival Folclórico Patronal de Villanueva”, donde delegaba funciones de Coordinador y Director de eventos artísticos.


Fundadores
Es así como nueve años más tarde (1.979), un grupo de jóvenes de ambos sexos de cepa Villanuevera, y estudiantes del Colegio Nacional Roque de Alba, se reunieron en casa de Gloria Socarrás de Maestre para reorganizar el festival. Entre ese grupo estaban los hermanos Limedes y Rosendo Romero, Mercy Fernández Valverde, Dairo Sierra, Javier Romero, Alberto y Jesualdo Borrego, Amoldo López, Iván Rosado, Enalba Rosado y otros que se sumaron al grupo con el fin de llevar a cabo tal misión folclórica.
En esa época Villanueva tenía la mayoría de sus calles llenas de piedras. Por esto optaron por darle el nombre de Festival de Las Piedras, nombre que no duró mucho tiempo ya que cuando faltaba un mes para celebrarse dicho certamen y estando reunidos con el conocido hombre de la radio, Julio De la Rosa e Insignares y el doctor José Alberto Pareja Ariza Q.E.P.D., quienes entraron a formar parte de la organización del festival, se discutía si se le cambiaba este nombre por otro que rimara sobre este certamen folclórico.
Cuando fueron a pedir una contribución al parlamentario doctor Román Gòmez Ovalle, éste les dijo que Villanueva merecía un mejor nombre para su festival. Fue así como el parlamentario presidió una reunión en la residencia de Gloria Socarrás de Maestre, allí se sometieron a consideración varios nombres, como: Festival de la Gaviota, Festival de Valores Artísticos, Festival de Acordeones, escogiendo el de “Cuna de Acordeones”, porque el destacado representante Gómez Ovalle insistió en que Villanueva era madre de muchos acordeoneros y compositores. Más tarde el nombre fue cuestionado por el doctor Manuel Zapata Olivella, manifestando que el festival debería llamarse, mejor cuna de acordeoneros y no cuna de acordeones, porque en Villanueva nunca ha existido una fábrica de acordeones. El festival año tras año, ha tenido mejor organización, participa el pueblo en general, debido a la cantidad de juglares que nacieron en este pueblo de gente sencilla y buena, de espíritu altruista y de vocación pacifica que hace de Villanueva un nuevo filón del turismo.

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