La Unidad de Restitución de Tierras financia proyectos productivos para 39 familias de Cesar y La Guajira

Gracias a la Unidad de Restitución de Tierras (URT), la etapa de posfallo del proceso de restablecimiento de derechos territoriales avanza en Cesar y La Guajira. En estos departamentos, la entidad da cumplimiento a la justicia para beneficiar a familias campesinas con proyectos productivos rurales y urbanos que, al implementarse, materializan los ‘Frutos de la Restitución’, que llevan seguridad alimentaria y prosperidad a las comunidades.
En este sentido, la Dirección Territorial Cesar – La Guajira de la URT recientemente aprobó 39 proyectos con una inversión de más de $2.000 millones de pesos. Estos empiezan a implementarse en zonas rurales y urbanas de ambos departamentos. Por tanto, en esta vigencia, 30 familias campesinas recibirán cerca de $57 millones de pesos cada una para proyectos en predios restituidos. Así mismo, en zonas urbanas, otros nueve núcleos familiares recibirán $35 millones de pesos cada uno, con el fin de fortalecer o crear emprendimientos en los municipios afectados por despojo o abandono forzado.

La directora territorial de la URT en Cesar y La Guajira, Piedad Ramírez Ariza, destacó la inversión, el apoyo técnico y acompañamiento que realiza la entidad en favor de las víctimas: “el proceso de restitución de tierras no termina con la entrega de predios. Más allá de eso, como entidad comprometida con los propósitos del Gobierno del Cambio y la intención del presidente Petro, cumplimos lo ordenado por la justicia, financiando y guiando la ejecución de los proyectos productivos en el campo, la ciudad y los municipios, territorios que intentan superar el conflicto con capacidad creadora y de innovación”.

Volver al territorio con dignidad productiva
Osmer Gutiérrez García es uno de los beneficiarios de sentencia reconocido como víctima por la justicia colombiana, tras abandonar las nueve hectáreas de su predio ‘Montalbán’ por hostigamiento del paramilitarismo en 2012. La intensidad del conflicto lo obligó a dejar la vocación campesina que desarrollaba desde 1992 en zona rural del corregimiento de Aguas Blancas, jurisdicción de Valledupar, tierra fértil y productiva ubicada en las orillas del río Mariangola.
Más de una década después, a los 65 años, este campesino cesarense mantiene su amor por el campo y el territorio, ese que le permite volver con dignidad. En 2024, la sentencia de un juez ordenó a su favor un proyecto productivo financiado por la URT, entidad que hoy le otorga cerca de $57 millones de pesos para siembra de cacao, como rubro principal, y de plátano para cultivo transitorio, que darán sombra y sustento a la familia.

Más al centro del Cesar, en el corregimiento de Mandinguilla, municipio de Chimichagua, Ubaldo Mercado Villa, hoy adulto mayor, recuerda cómo en 1999 dejó su finca ‘Las Miradas’, de 45 hectáreas, ubicada en la parcelación Villa Luz. Hace 26 años, las Auc acusaron a la familia de ser colaboradores del Eln, ya que este último grupo armado ilegal utilizó por una semana la propiedad como sitio para pernoctar, involucrando a civiles inocentes en las hostilidades.
Fueron años de dolor y búsqueda de justicia, hasta que en 2025 la familia Mercado recibió la ‘buena nueva’ de la restitución del predio abandonado forzosamente. Como órdenes complementarias al subsidio de vivienda, el juez dispuso que la URT Cesar-La Guajira les reconociera un proyecto por más de 40 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Ahora regresan a la tierra con la posibilidad de aportar al desarrollo productivo con la propuesta de inversión en ganadería de levante, modelo que les permitirá la compra de animales de entre 18 y 22 meses, que luego de los 500 kilos podrán poner en venta en los mercados de la región.

La esperanza vuelve a ser labrada en La Jagua de Ibirico
En el recién denominado Corredor de la Vida, se cuenta otra historia de justicia y resiliencia: la que protagoniza el matrimonio conformado por David Quintero y su esposa Mayolis Álvarez. En 2003, al ser amenazados por una estructura paramilitar, dejaron su predio de más de 65 hectáreas en zona rural de Becerril.
Han pasado 22 años desde el abandono forzado de su hogar. Pero en 2025, esta familia, compensada económicamente por modulación de la sentencia a su favor, adquirió una propiedad en zona rural de La Jagua de Ibirico, donde implementará un proyecto productivo que ronda los $57 millones de pesos. Esta suma será invertida para la cría porcina de levante, iniciando con 60 cerdos que crecerán en ‘San Andrés’, nombre seleccionado por la pareja campesina para su nuevo hogar productivo.
Y Con esta gestión en favor de las víctimas en Cesar y La Guajira, la Unidad de Restitución de Tierras aporta a su reparación integral, garantizando que la justicia no solo devuelva la tierra, sino que promueva oportunidades de sostenibilidad y progreso en el territorio.