Destinos

Colombia, descúbrela…

Por: Eduardo Pertuz

A veces es justo y necesario, cambiar de clima, gastronomía, gente y paisajes, fue así como visitamos algunas ciudades del Eje Cafetero. 

En junio de 2011, la Unesco declaró el paisaje cultural cafetero de Colombia como Patrimonio Cultural de la Humanidad, son aproximadamente 24 mil fincas productoras de uno de los mejores cafés suaves del mundo, este paisaje comprende cerca de 141 mil hectáreas en el centro del país, entre los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y el norte del Valle. 

He encontrado una nueva distracción y tuve la oportunidad de visitar el lugar perfecto, contemplar las flores, esas hermosas flores, que, adornan el paisaje; las observo y no dejo de maravillarme por su belleza, la combinación de sus colores y la simbiótica amistad que tienen con los insectos. Encontré muchas variedades, escondidas en la espesura de la vegetación. Esa belleza de Madre Natura, es puesa, para quien la sepa apreciar, solo es cuestión de estar atentos y buscar aquellos espacios naturales que nos brinden paz y tranquilidad; dos palabras hoy tan escasas por lo abrumador de una parte de la realidad. Es muy edificante y sano mentalmente, refugiarse en estos otros universos, reconfortantes para el espíritu. 

En el recorrido, visitamos los alrededores del volcán Nevado del Ruíz; Colombia es el país con más páramos del mundo, constituyen menos del 2% del territorio nacional y proveen de agua a más del 80% de la población. 

La visita al Parque Nacional Natural Los Nevados, fue algo maravilloso, llegamos a la primera estación a 4.100 metros sobre el nivel del mar, el frío y la poca oxigenación, hicieron mella en mí, un costeño acostumbrado al calor de la Región Caribe y de repente en un páramo… caminaba despacio, como un robot, sin agitarme, sentía la falta de oxígeno, me sorprendían los ciclistas aficionados, que a esa altura pedaleaban sin altibajos.

Nos deteníamos a la orilla del camino, para apreciar las maravillas del paisaje; lagunas cristalinas, miles de frailejones, eso sí, vigilando con mi reloj, los valores de saturación. Dato curioso, estando allá arriba, en lo más alto de la montaña, en un paraje aislado, contemplando la naturaleza, en la soledad de mis pensamientos, escuché una voz: “Doctor Pertuz”, era un gran amigo italiano, residente también en Cartagena, nos dimos caluroso abrazo, vaya casualidad, ni que nos hubiésemos citado allí.

Contemplando estos lugares alejados, inhóspitos y hermosos, puedo darme cuenta de lo frágil del ecosistema, cualquiera alteración provocada afectará severamente el delicado equilibrio.

El guardabosque del parque nos dijo que los nevados cada día tienen menos nieve, y que es parte natural de la evolución del planeta, acelerado por el calentamiento global. Le pregunté que, si volverían otra vez a tener la nieve de antes y me respondió que sí, respiré aliviado y pude concluir lo siguiente: sí, pero la próxima glaciación podría comenzar dentro de unos 1.500 años, a juzgar por esto, así como vamos… la especie humana, al parecer, no estará allí para contemplarlo. 

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