Opinión

Los Marginados Digitales o el síndrome de la hoja en blanca

Por: Nicolla Stornelli García Analista de Tendencias Digitales. Columnista de Portafolio y colaborador de El Tiempo, de DPL News y de Razón Pública
X: @puertodigital

No es que no haya tema para escribir. La crisis de TIGO UNE y el despelote de ciberseguridad ocasionado por una falla en IFX dan todavía para que corran ríos de tinta en el sector que analizo y acerca del cual escribo en este espacio hace once años. 

Pero dos recientes columnas de opinión me impactaron porque, además, lo estoy viviendo en carne propia. Las columnas de Melba Escobar, “Tik, Tok, Tik, Tok”…y la de Diego Santos, “ Las estupideces del internet”

que hablan de un tema recurrente en mis columnas e investigaciones desde aquel momento en que un paper mío fue aceptado en las mesas de trabajo de la I Cumbre de Ciudades Sostenibles convocado por la UNCTAD y la Unesco en Porto Alegre, Brasil, en 2.007, con el título ¿Qué es la Sociedad del Conocimiento? Una visión desde Valledupar, Colombia, y hasta hoy guarda vigencia mi mayor preocupación en ese escrito que guarda relación con las columnas mencionadas.
Esa preocupación se acrecienta con una noticia difundida recientemente en un sitio llamado World of Statistics y que tiene una cuenta en X y otra en YouTube y han publicado una medición donde dicen que Colombia es el segundo país en el mundo en consumo de horas en redes sociales por persona, promedio. Una estadística alarmante ya que no se trata de leer, investigar o estudiar porque según los expertos que analizaron ese dato lo dedican es a “pendejiar” en YouTube, Facebook, WhatsApp, Instagram y X, dato que comparto y que ya había comentado aquí hace tres años con la columna Una sociedad “facebukiada”. 
Es desde todo lo anterior y con lo aportado por Melba y Diego que reafirmo algo que vengo sosteniendo hace rato: la UNESCO debe replantear la definición de analfabeto digital que según el organismo multilateral es “El desconocimiento de los avances tecnológicos o nuevas tecnologías, debido a que los individuos no tienen como interactuar con este tipo de herramientas y obtener mayores estudios de las mismas, lo cual se traduce al no manejo de un ordenador, del software, internet, y demás herramientas informáticas, factor que influye en el ámbito profesional, personal y social de cada persona.” que dicho de manera simple es el individuo que no sabe manejar un computador y no sabe navegar en Internet.
Pero una persona con formación profesional, a nivel tecnológico o con un pregrado, incluso con postgrado que a duras penas sabe utilizar un smartphone para llamar, “wasapear”, ver YouTube o Facebook y no sabe guardar información en la nube o hacer compras electrónicas o transacciones bancarias on line ¿Qué es? Pues un analfabeto digital. Así como la UNESCO define al analfabeto tradicional en analfabeto y analfabeto funcional, la importante entidad mundial, rectora de la ciencia, educación y cultura, debe darle cierta gradualidad a los analfabetos digitales que mal haría yo en atreverme a sugerir cómo debería ser. Simplemente comparto la preocupación.
Y eso da paso a mi tesis central. Estamos creando una sociedad de Marginados Digitales, de Eunucos Mentales, de Zombis Digitales. Una sociedad que tiene la adicción a las redes sociales y que ya sufre de nomofobia o el miedo a quedarse sin el celular, es una sociedad perdida. Una sociedad que no lee, una sociedad que consume falsas noticias y que no se preocupa por verificar lo que es cierto de lo falso.
En Valledupar no hay una sola librería como tal; tenemos un supermercado de cadena de papelería y otras cosas que tiene una sección de libros que es un oasis para lectores impenitentes como yo. Y así como Valledupar están muchas otras capitales del país. Somos un país donde no se lee. Pero en el mundo, también, han comenzado a bajar los niveles de lectura con algunas muy agradables excepciones.
El mundo entero camina por el despeñadero de la adicción digital y solo en Europa han entendido que hay que ponerle unos límites a eso.
Así que vamos para un mundo mucho más desigual e inequitativo en donde la Inteligencia Artificial (IA) puede ser la piedra de la discordia o el punto de apoyo para que logremos que las nuevas generaciones se entusiasmen por leer más en el entendido que un ser humano, preparado y capacitado, en permanente evolución académica, pedagógica y artística, tiene muy lejos el horizonte con el cual una IA lo pueda remplazar totalmente.
Ministro Lizcano: la tarea no es tan solo llevar conectividad y de ahí la importancia de esas iniciativas de educación digital que está impulsando, pero, también, le recuerdo, a usted y a la ministra de Educación, que debemos YA implementar un programa de Alfabetización mediática e informacional ( AMI) que nos ayude a superar el oscurantismo digital que comienza a imperar.

Tomado de : Portafolio 

 

Related Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *