Comunidades wiwas de La Guajira y la URT se articulan para la recuperación de derechos territoriales en la Sierra Nevada
A ochocientos metros sobre el nivel del mar se ubica el corregimiento de La Peña de Los Indios, jurisdicción de San Juan del Cesar, en el departamento de La Guajira, territorio ancestral del Pueblo Wiwa, una nación originaria del Caribe colombiano que por siglos ha resistido todo tipo de violencia, la más cruenta en ocasión del conflicto armado interno colombiano que causó desapariciones, asesinatos, intimidaciones, confinamiento y obligó forzosamente al desplazamiento de este pueblo por zonas urbanas, principalmente del norte del país.
Pese a las condiciones adversas por el histórico sometimiento e imposición cultural, agravada a partir del efecto de la violencia simbólica y política padecida, a las comunidades wiwas o arzarias se le presenta una posibilidad de transformación, generada en el marco de la justicia transicional, con base al cumplimiento de la legislación general y especifica destinada a proteger y a recuperar los derechos vulnerados y a corregir las afectaciones a esta nación indígena.
Sentirse guardianes del sol, agua, aire y de la tierra es parte de la cosmovisión del pueblo Arzario, cultura que perdura generacionalmente entre las comunidades indígenas que, rinden tributo a los sitios sagrados, armonizando y ´pagando´ en monumentos naturales que resisten el paso del tiempo en un mágico lugar como la Sierra Nevada de Santa Marta, imponente columna montañosa compartida por los departamentos de Cesar, Magdalena y La Guajira.
Para cumplir su misión la Unidad de Restitución de Tierras orienta su especial atención al territorio wiwa, comunidad indígena con quienes se adelanta un proceso articulado para la gestión de restitución de los derechos territoriales. En ese sentido, inicialmente a partir de información secundaria disponible, la URT realizó un estudio preliminar que recientemente fue adoptado por la entidad, generando espacios de diálogo y participación para socializar la ruta colectiva de restitución con base al Decreto Ley de Víctimas 4633 de 2011, en la comunidad de La Peña de los Indios.
Avanzar en el proceso de trabajo conjunto entre el pueblo Wiwa y la Unidad de Restitución de Tierras, ameritó un compromiso institucional de la entidad a efectos de establecer mecanismos idóneos para el reconocimiento de la realidad que viven las comunidades indígenas en la Sierra. La suscripción de un convenio para el ejercicio participativo de caracterización de afectaciones territoriales por parte de los propios arzarios fue el siguiente paso legal dado por las autoridades indígenas y la Dirección de Asuntos Étnicos (DAE) de la URT.
El alcance del convenio que va hasta mediados de diciembre de 2023, propicia la interacción socio comunitaria en el territorio ancestral, lugar al que se desplazan constantemente funcionarios de la URT Cesar, La Guajira, entidad que recientemente hizo presencia en territorio, en cabeza de la directora territorial, Astrid Navarro Rodríguez, quien dirigió el encuentro para la socialización de las generalidades y ventajas del convenio en ejecución con las comunidades wiwas, acto de diálogo armónico que refuerza la promoción de la herramientas efectivas para la participación, con respeto a la autonomía de este pueblo indígena.
“En este territorio ancestral reafirmamos nuestro compromiso como entidad que nace en el marco legal especial de atención integral a las víctimas del conflicto armado, como es precisamente las comunidades wiwas que por años fueron sometidas a hechos victimizantes y al despojo sistemático de su territorialidad ancestral. Son razones que motivan agotar todos los esfuerzos para restituir los derechos colectivos de estas comunidades indígenas, a partir de la caracterización de las afectaciones, medioambientales, sociales, culturales, económico-productivas y las que sufrieron nuestros hermanos indígenas”, concluyó Navarro Rodríguez.
La directora de la URT para el Cesar y La Guajira agregó que parte de las afectaciones reconocidas en territorio wiwa, se relacionan con el acceso a los afluentes naturales del rio Ranchería, cuerpo de agua dulce al que le fue construido una represa en la Sierra, lo cual afectó a las comunidades indígenas. De igual manera, Navarro Rodríguez indicó que, por causa del desplazamiento, los Arzarios de la zona corregimental de La Peña de los Indios y de zonas adyacentes en el departamento, quedaron por fuera del resguardo.