Luis Egurrola estuvo a la altura del poeta enamorado
Por: Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
El compositor y poeta sanjuanero Luis Aniceto Egurrola Hinojosa tuvo la virtud de caer en los brazos del amor, donde lleno de sentimientos pudo volar bien alto y muchas veces llorar o sonreír. Para él no fue fácil escaparse de la melancolía y la soledad que muchas veces lo acompañaron. En se sentido optó por llamar a su memoria muchas letras que al unirlas convirtió en bellos poemas cantados.
Así era el talante del compositor guajiro que solía amarrar las desilusiones para que el corazón no sufriera fisuras, sino que cantara al paso de sus versos donde los ojos se dilataban para ver la fantasía de un suspiro y el alma optara por callar. En sus canciones la poesía nunca quedó rezagada porque primaba su estilo original y la conservación del romanticismo que estaba a la altura del poeta enamorado.
Cuando su sendero estaba iluminado y la inspiración lo acompañaba a todas partes, llegó su inesperada partida de la vida poniendo de luto al folclor vallenato, siendo su última presentación en público el domingo 18 de agosto de 2024 en Arjona, Bolívar, donde durante más de una hora hizo un recorrido por varias de sus exitosas canciones que los presentes cantaron al unísono.
Esa tarde en la Parranda de Compositores dentro de la versión 46 del Festival Bolivarense de Acordeón, donde él estuvo al lado de sus colegas Roberto Calderón, José Alfonso ‘Chiche’ Maestre y Jaime ‘El Tato’ Fragozo, se le aseguró un legado perdurable a sus canciones.
Luis Egurrola en un espacio antes de su presentación accedió a concederme una entrevista, donde expresó su amor a la música vallenata y la acogida a sus canciones. “Lo mío es amor por lo que hago y más cuando mis canciones han tenido la mayor receptividad. Me han grabado más de 200 canciones, siendo la primera ‘Que hay de ti’, por parte de Alexander ‘El Coco’ Oñate y Mauro Millán”.
De igual manera, contó que grabó en el año 2005 la producción musical Luis Egurrola canta, teniendo el apoyo del Fondo Mixto para la Cultura y las Artes de La Guajira, donde aparecieron 11 canciones de su autoría.
Después de entregar ese dato, expresó. “En mi vida lo único que he hecho es darle motivos al amor para hacer mis canciones llenas de poesía. Esas canciones me las han grabado los más importantes cantantes y también jóvenes con buena proyección. Me fijo mucho antes de entregar una canción porque soy exigente y eso me ha servido. Me he distinguido por decir las cosas de frente”.
Al preguntarle con cuál canción de su autoría se quedaba, lo pensó un poco y dijo. “Todas mis canciones tuvieron un motivo esencial para hacerlas y eso es grande. Me queda difícil escoger una, pero cada vez que me presento en distintos escenarios me piden con insistencia ‘Una aventura más’, que me grabara Jorge Oñate”. Enseguida añadió. “Ahora no me ponga a escoger con cuál cantante me quedó. Eso es más difícil”.
Difícil para él fue hablar de Omar Geles. “La muerte de Omar me golpeó fuerte. Era un amigo sincero, compositor de mucha talla que dejó una inmensa huella. Siempre tuvimos afinidad y fue un ejemplo para todos como acordeonero y compositor. Ha sido una pérdida irreparable para la música vallenata”. Calló y se llenó de tristeza.
Madurar las canciones
Pasando a otro hecho, el compositor Luis Egurrola fue invitado el pasado mes de abril por la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata a oficiar como jurado con la finalidad de preseleccionar las canciones inéditas que se presentaron en el 57° Festival de la Leyenda Vallenata. Esa tarea la tuvo al lado del compositor Juan Pablo Marín Álvarez y el historiador e investigador Celso Guerra Gutiérrez.
Después de cumplido el compromiso de escuchar 260 canciones donde se escogieron 70, Luis Egurrola hizo un balance de la tarea encomendada. “Las canciones hay que madurarlas y no hacerlas a la carrera para que puedan tener trascendencia. Ese es mi consejo a los compositores que aspiran a llegar lejos”.
Finalmente aseveró. “Desde hace muchos años vienen diciendo que el vallenato se acabará, y eso es mentira. Ahora es cuando hay compositores, cantantes y acordeoneros. La cosecha es grande y se percibe por todas partes”.
Sin demora cantó a capela la primera estrofa de una de sus canciones inéditas que estaba sin nombre, donde la poesía le hizo juego a la melodía logrando dibujar llamativos versos. También regresando a sus inicios recordó sus pasos en el colegio El Carmelo, donde le cantaba a la virgen. De hecho, su primera participación en un concurso de canciones lo hizo en el Festival de Música Mariana en la vereda de Los Pondores, La Guajira. Después su ascenso en el mundo vallenato es ampliamente conocido llevándolo a estar en la cúspide musical.
Luis Egurrola, cuya estatura era de 1.90, el pasado 19 de julio celebró su cumpleaños número 60 y lo estuvo festejando al lado de los suyos, teniendo en su boca palabras de alegrías y los planes que nunca faltan, pero su cuerpo tiempo después no aguantó la presión del corazón, al que infinidad de veces le cantó.
Viajes del adiós
En los viajes del adiós donde se ofrendan lágrimas y llegan los días aciagos que conllevan a encadenar el recuerdo, donde también se tiene al frente la marcha lenta de la muerte, apareció el poeta José Atuesta Mindiola, para declamar. “Luis Egurrola se ha ido, deja sus bellas canciones que son de los corazones eterno edén florecido. Todos estamos afligidos, la muerte siempre es tristeza, pero exaltamos la grandeza de su obra musical. El artista es inmortal porque es creador de belleza”.
En medio de los aletazos del dolor y la nota más melancólica, se despidió al célebre compositor quien supo unir poesías con melodía, logrando que se deshojara el sentimiento y los días fueran un pretexto para desafiar el alma que ahora llora sin consuelo, solamente esperando que las ilusiones no se queden dormidas en el tiempo…