Con recital de poesía se conmemoró primer aniversario del pintor Kjuma en Valledupar
Por: Lida Mendoza Orozco
Familiares, amigos más cercanos, entre ellos un grupo de poetas presididos por César González, nos reunimos en el cementerio Jardines del Eccehomo y bajo dos frondosos árboles de mango, conmemoramos el primer aniversario del encuentro con el universo, del pintor Kjuma, fallecido el pasado 8 de julio de 2023 en Valledupar.
Durante el acto se declamaron y leyeron poemas de varios autores, se leyeron fragmentos de textos que en vida, el pintor compartió con sus amigos y se contaron anécdotas que recrearon su vida y obra, como una forma de exaltar su memoria y preservar su legado cultural.
Kjuma fue un excelso artista de las artes plásticas que logró destacarse por su obra, llena de colorido, con una pincelada fuerte donde dejaba entrever el amor por el arte y la pintura a la que dedicó toda su vida, convirtiéndose en ejemplo de dedicación y disciplina. Su vida siempre fue pintar, pintar, pintar y pintar.
Fue un artista que siempre recibió a quienes deseaban aprender, nunca le negó sus conocimientos a sus alumnos, siempre los motivó a pintar y a hacer la tarea paso a paso, primero dejándose influenciar de los grandes pintores universales para que siguieran su camino hasta lograr su propio estilo sin importar si su obra gustara o no porque para él lo importante no era el arte comercial sino ese que sale de las entrañas y que refleja el alma de un artista.
Reconocido en el gremio cultural por su nobleza, su generosidad y su buen humor, en ocasiones satírico y burlón. Siempre se destacó por su actitud positiva y su forma libre de ver y disfrutar la vida, fue un bohemio que prefirió ante todo ser feliz sin importar los parámetros sociales, por lo que muchos lo llamaban loco, mientras otros prefirieron calificarlo como genio. Pero también era determinante y decisivo, frentero a la hora de decir las cosas, lo que generó que muchos se alejaran de él porque así somos los seres humanos, no nos gusta que nos digan las verdades en la cara porque muchas veces las verdades duelen. Pero así era él de amores y desamores.
“Kjuma fue loco de remate, irreverente como pocos, pero sobre todo, genial y muy grande, algún día, así se escribirá”, así lo recordó su gran amiga, la senadora Imelda Daza.
Durante el acto se hizo un momento de algarabía para los allí presentes sonaron sus pitos para recordarlo con alegría, como siempre vivió su vida.
La programación en el cementerio culminó con un acto íntimo en el que se adornó su morada con coloridas flores y se esparció wisky, su licor preferido en sus largas noches de bohemia, como siempre vivió.
Su cuerpo se reencontró con el universo pero el artista permanece vivo con un invaluable legado cultural que la historia deberá reconocer cuando se hable de arte no solo en Valledupar sino en Colombia y el mundo.