Opinión

POLITICA Y JUNTANZAS

Por. José Alfonso Morón Quiroz

La política siempre ha dominado el comportamiento del ser humano y las juntanzas anteceden los hechos importantes. Desde la figura mítica de Prometeo quien empoderó al hombre para que con el fuego encendiera la chispa divina en su interior y su capacidad de razonar desafiando a los dioses y al inmortal Zeus, hasta llegar a una historia más conocida en donde en una reunión con doce aliados Jesús no hizo otra cosa que una juntanza para contravenir los desaciertos del gobernador Poncio  Pilato quien servía al rey Tiberio. Acá hubo un traidor y la unión sabemos en qué desencadenó.

Un poco más atrás, en el año 490 A.C, los Atenienses no se dejaron intimidar de un ejército Persa desmedido que los triplicaban en combatientes. A estos los derrotaron en las altillanuras semidesérticas de Maratón atacando solamente por los flancos. El general ateniense Milciades previo a la batalla convenció a los espartanos a que se sumasen a la alianza toda vez que si perdían luego los Persas irían por ellos. La historia dice que el pueblo griego estaba dispuesto a suicidarse una vez tuvieran noticias de la derrota de su ejército. Fué necesario enviar a FILIPIDES, un emisario, desde Maraton a Atenas, con el mensaje “hemos ganado, nike/nike” para evitar el suicidio planificado. Por  este hecho desde 1896 cuando se realizaron los primeros juegos olímpicos se honra esta prueba atlética de los 42 km, la distancia entre Atenas -Maratón. 

En nuestro mundo más terrenal y estando ad portas de las elecciones para gobernadores y alcaldes  se viene invitando a alianzas o juntanzas única forma de poder acercarse al triunfo y derrotar al Goliat que gobierna y que se ha impuesto durante los últimos períodos. El discurso que se escucha, por parte de los opositores, es vamos a acabar con la corrupción, los proyectos faráonicos, acabemos con los clanes que nos tienen mal gobernados. Sin embargo, ninguno de estos candidatos de oposición aglutina la confianza de un pueblo que a gritos reclama un cambio pero no encuentra con quién y mucho menos como.

Los ciudadanos habilitados para sufragar en el departamento del Cesar se acercan a 700.000 y la oposición aglutina un poco más del 20% de la votación. Estos votos los obtiene la oposición sin que tengan que gastar un centavo, sin poner una valla.  La casa de gobierno, la clase política que viene dirigiendo, tiene el 40% de los votos. Es decir, para poder ganar, la oposición, tiene que convencer a los abstencionistas. La población que no vota, si se decide, y sale a votar lograría desequilibrar la balanza si se inclina en contra de Goliat. 

En las pasadas elecciones a Gobernación Luis Monsalvo obtuvo 270 mil, Claudia Zuleta 96 mil y Kaleb Villalobos  53 mil. Hoy no hay razones válidas que indiquen que estos números vayan a cambiar. Con la participación de más candidatos de la oposición, Katia Ospino, Antonio Sanguino, José Mayorca, entre otros, más bien, se va a continuar diluyendo las posibilidades del triunfo de la línea contraria al gobierno departamental. 

Hoy quien parecería que tiene más fuerza para hacer contrapeso es Claudia Margarita Zuleta y es natural debido a que desde su posición de diputada no ha perdido el espacio ni la presencia política. Sin embargo, su discurso, su partido e historia no nos garantizan que sea la renovación. Este sentir  sólo puede ser controvertido si se le otorga el favor y la oportunidad de ser gobernadora a través de una juntanza como lo sugirió Arturo Calderón. Si no ocurre la alianza, el candidato que obtenga la segunda posición a gobernación, será de la oposición, y sólo estará asegurando su curul para ser miembro de la Asamblea Departamental.

Los votos a conquitar no están en Valledupar, esta ciudad representa claramente el disenso a la casa de gobierno. En unas elecciones similares, acá el voto en blanco fué mayoría contra el candidato único que a la postre ganó. No obstante, la historia reconoce y extraña hoy a este gobernador, al menos, así ocurre en nuestro gremio de la ingeniería.

Dicho lo anterior, la gran labor a desarrollar, además de motivar a los abstencionistas, es buscar el apoyo desde el centro del departamento hacia el sur en donde también se tienen por años hegemonías políticas difíciles de vencer. Sin embargo, esta zona del departamento también viene pidiendo a gritos liberación, han sido siempre guerreros pasivos, y podría ser la hora de convertirlos en los espartanos de la historia del Departamento del Cesar.

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