Crónicas Opinión

La Panelita

“El Cuento de Pepe”

Por: Pedro Norberto Castro Araujo

La Segunda Guerra Mundial ocurrida entre los años 1939 y 1945, a causa de que los alemanes invadieron a Polonia el 1 de septiembre de 1939 se convirtió en el conflicto más grande y destructivo de la historia.

Adolfo Hitler y su régimen Nazi contemplaba un nuevo y basto imperio para los alemanes, por medio de la expulsión de las poblaciones que habitaban en Europa Oriental, logrando la persecución y el asesinato de miles de judios; en ella participaron 36 países y sus enfrentamientos cobijaron al 75% de la población mundial, se tienen informes estadísticos de más de 60 millones de muertos,30 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos, el holocausto trajo una  gran migración hasta nuestro territorio, que entró por el principal puerto del país; el muelle de Puerto Colombia por donde llegaron migrantes de todas partes del mundo.

La historia de Fulgencio

Fulgencio hizo parte de esa población migrante; era un hombre alegre y conquistador pero con resabios de hombre clásico para rebuscarse la vida, deambulaba de pueblo en pueblo vendiendo cachivaches y realizando trueques de muebles, semovientes y enseres.

En la década de los años 50 llegó a la población de Robles; pueblo con una idiosincrasia particular, aunque estén cerradas puertas y ventanas todos observan y escuchan;  a sus habitantes no se le escapa nadie con un apodo y menos cuando se trata de colocar seudónimo o sobrenombre a alguien y más cuando se trata de un forastero. 

El gitano

A Fulgencio le apodaron el gitano. Cansado de deambular de población en población decide echar raíces en La Paz y se enamora de Teomelila, una muchacha de tez blanca, quien por su porte era asediada y frecuentada por infinidad de enamorados; por su parte ella resabiada por su crianza conservadora, en apariencia ningún hombre le gustaba pero el forastero con dulzura y detalles le supo llegar.

Fulgencio rápidamente logra conquistar su amor y le pide como condición para solicitar su mano en matrimonio que le jurara ante el Santísimo que era virgen, petición a la que ella accede; luego con el consentimiento de los padres de Teomelila, avalan la petición del gitano para entregarla en sagradas nupcias.

La luna de miel 

Fulgencio propone a su esposa llevarla de luna de miel a Puerto Colombia a conocer el muelle por donde él arribo al país, propuesta a la que ella felizmente accede. Una vez allí se hospedan en el hotel Welcome, y en un viaje desaforado de caricias y de mucha pasión logran consumar su relación sentimental.

Al regresar a La Paz, Fulgencio, bastante disgustado y ante la presencia de sus suegros, decide devolver a su esposa por haber encontrado según el, la panelita esquiñada; su suegro inquieto por la información guardò silencio a los que su suegra jocosa y abiertamente le responde: si encontraste la panela esquiñada, termínatela de comé.

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