Crónicas Opinión

Chelo De Castro, modelo ejemplar del periodismo Caribe 

Por: Wilber Fábregas Molina

“No es na el bailar, sino el dar la vuelta”. Como me lo decía mi madre manifestando cuando me enseñó a bailar, que para aprender a cogerle el ritmo al son musical, uno tiene que aprender a darle la vuelta a la pareja, porque es lo más difícil, sino, te enredas y pierdes el pase.

Bueno así mismo en el caso de hablar de un grande del periodismo, un talento, un hombre responsable, social que con su partida deja huellas en todas las generaciones del periodismo Caribe como lo fue Chelo De Castro C.

No es lo mismo contarlo:

 “Que pitos que flauta, que tornó, que volvió” … que esto, que lo otro, que patatín que patatán.

Nada .- Lo chévere, lo agradable es haberlo vivido, como muchos que tuvimos la oportunidad de aprender de este personaje, de sus enseñanzas, de su vida ejemplar, no solo para los representantes de los medios de comunicación, sino para la sociedad misma como hombre de hogar, servidor público por una fase de su vida y periodista no solo en lo deportivo, sino en todas sus ramas.  

José Victor De Castro Carrol su verdadero nombre, pero que para su familia y los oyentes y lectores se hizo famoso como Chelo De Castro C, como se le solía llamar con todo respeto y cariño, porque el “don señorial” no era para él, por su enraizada popularidad, nació el 19 de marzo de 1920 en una modesta casa del Barrio San Roque de Barranquilla, en la popular Plaza de San Mateo, en plena celebración de las fiestas del santo patrono San José.

Siempre sostuvo que: “La primera obligación de un periodista es ser veraz en cualquier campo; si no lo es…no merece ser periodista”.

Este gran mariscal como se le enalteció con uno de los tantos reconocimientos que en su vida poseyó y de cuyos homenajes no estuvo de acuerdo al considerar que un comunicador debe actuar sin recibir nada a cambio y sobre todo le intranquilizaba e indignaba  la falta de veracidad de algunos colegas para comunicar, sostenía que para poner en circulación un hecho noticioso debe provenir de la fuente oficial, principal cualidad de todo comunicador, sea en  el campo que le corresponda cubrir, alegando que de lo contrario este no merece llevar el título que  dignifica al verdadero periodista  como emisor.   

Nadie pudo señalarlo de alguna acción negativa, porque en él afloró la honestidad en todos los aspectos, particularidad que debe poseer el ser humano, legado que dejó a su familia, colegas, amigos seguidores y conocidos en general como un digno personaje que decidió marcharse de este mundo terrenal a los 102 años, con una misión cumplida como un modelo ejemplar del Caribe y cuyos postulados deben seguir las generaciones venideras.

En su mente siempre llevó impregnadas dos palabras muy significativas para él: Barranquilla, su ciudad y San Roque su barrio. Y su misión fue la de destacar su desarrollo, el avance de sus obras, las administraciones que consideró que le dieron el empuje necesario para su crecimiento a la Puerta de Oro de Colombia.

Las enseñanzas que en materia de periodismo deportivo impartiera quedan plasmadas en los reportes, comentarios, y escritos que socializó por más de 75 años convirtiéndose en un ejemplar emisor ante la sociedad, siendo los mismos replicados por sus colegas y admiradores, el paso a paso que siguió su andar deportivo radial, en las páginas de periódicos y revistas donde estuvo vinculado.

Siempre se mostró “campante y sonante” como nos respondía cuando lo buscábamos para que nos contara un episodio más de su vida y poder escribir esas páginas de veteranía y sapiencia. Y en verdad le agradaba porque quedarían impresas para la posterioridad.

En nuestros pueblos del Caribe colombiano algunos habitantes afirman que una persona cuando alcanza una edad bien avanzada, muchas cosas se le olvidan, y jocosamente expresan a modo de sarcasmo y aún hay quienes lo dicen tajantemente …” Ya está caducando”,

 pero que va,  en el caso de Chelo De Castro, si “tacaron burro”, como decía mi tío Rubén Molina. Este maestro del periodismo hilvanaba sus ideas con una lucidez increíble y eso es producto de su vida ordenada, el cariño de su familia, amigos, compañeros de labores, conocidos, quienes le expresan su satisfacción por tenerlo como un modelo en la sociedad.

MI encuentro con el maestro: 

Lo conocí en la tradicional emisora La Voz de la Patria, en el desarrollo de su programa “Desfile Deportivo”, al lado de Isaac “El chaco” Senior, quien le leía los comerciales.

Yo era aún un pelangòn. Así como le decían nuestros abuelos a sus nietos,  cuando empecé a escuchar su programa “Desfile Deportivo” que se transmitía a diario por la emisora La Voz de la Patria en los horarios de la 7 y 30 de la mañana y 6 y 30 de la noche.

 En la casa siempre estábamos atentos a ese espacio y a cuya sintonía nos acostumbró siempre mi padre Heliodoro antes de irse para su trabajo, dejando encendido su viejo radio marca Philips que compró en el almacén Murcia de la calle de Jesús con Veinte de Julio, (calle 37 Carrera 43) en pleno centro de la ciudad.

Era ya un buen hábito, para que no perdiéramos detalle alguno de lo que Chelo decía y le contáramos paso a paso lo acontecido durante su ausencia,  de la voz autorizada en materia deportiva.

Y que honor para mí haber compartido en la Voz De la Patria ese espacio y oportunidades que le brindan a uno los medios de comunicación y sobre todo cuando se trata de personas que nos dejan enseñanzas y nos comparten con su sabiduría, -como lo refleja el filósofo, historiador, economista y ensayista escocés David Hume-(…) Las causas y efectos no pueden descubrirse por la razón, sino por la experiencia.

Mi admiración hacia el maestro Chelo, como persona y profesional del periodismo deportivo fueron creciendo aparte de identificarme como uno de sus seguidores e inmancable oyente y hago referencia a que yo también nací en el barrio San Roque.

 Casualidad en la misma zona de la Plaza San Mateo, Carrera San Roque entre Flores y Bolívar. Laboré en El Nacional, fui colaborador de Diario Del Caribe y El Heraldo. Mi madre nació también un 19 de marzo y San José era su patrono preferido, lo que le di a conocer cuando ya me fui compenetrando con éste grande del periodismo.

Hacía mis pinitos en el periodismo como redactor en el Radio periódico de La Voz de La Patria, participando además con William Vargas Martínez en su radio periódico “La Patria Al Dia”, participando además en  el  programa radial “ Que Hace Usted por Barranquilla” que versaba sobre temas cívicos  de Barranquilla, que entre otras cosas a Chelo le agradaba porque nos identificábamos con la problemática de la ciudad.

Y allí tuve por primera vez la oportunidad de intercambiar algunos temas con el gran mariscal,  cuando cumplió sus 50 años de vida profesional accediendo gustosamente a una entrevista que le solicité.

Este fue el primer acercamiento con el veterano del periodismo:

Maestro Chelo; usted es roqueño de pura cepa ?

-Si como no. Yo nací frente a la Plaza de San Mateo, es decir en la carrera 36, entre las calles 39 y 40, ese sector fue el sector de las manifestaciones políticas en la vieja Barranquilla. Ahí se hacían las manifestaciones políticas y como mi padre era amigo de todos los jefes políticos que habían aquí, tanto liberales como conservadores, de mi casa salía la mesa donde se planchaba, para que subiera el orador y salía una azafata con una jarra de agua y unos vasos. El barrio San Roque, de los más antiguos de Colombia,   no el más antiguo; está entre los tres o cuatro primeros sectores que tuvo la ciudad. – sostuvo-.

“En la Iglesia San Roque estaba un sacerdote como el padre Melott, el padre Pardo Murcia que fue un buen orador  y en la Avenida Boyacá y en calles circunvecinas había una cantidad de familias de comerciantes que le daban una gran vida a ese sector. El barrio San Roque ha sido un gran barrio importantísimo de la ciudad” –enfatizó-.

 Usted recuerda como se inició el barrio San Roque?

-“Se inició mucho antes  de haber nacido yo y de haber nacido inclusive mi padre. Como te digo, es uno de los barrios más antiguos que tuvo la ciudad, pero de mucha significación tanto en la vida cultural como comercial.- indicó-.

“Yo recuerdo de niño la fiesta de San Roque, el novenario de San Roque, la Avenida Boyacá no estaba pavimentada por consiguiente había toros en la tarde, lo que llamaron las corralejas, había boxeo por las noches, había cine y una cantidad de espectáculos, porque el barrio copa un gran espacio de la carrera 39 hacia adelante pertenece al Barrio San Nicolás”.

¿Donde realizó sus estudios el Maestro Chelo; cómo fue su accionar como estudiante?

– Como el Colegio San José me que quedaba cerca, a dos cuadras de mi casa, mis padres me matricularon allí y a mí me gustaba el plantel  que era dirigido por los Hermanos Jesuitas y mi familia era católica pero debido a una temporada difícil en materia económica que afectó al país, me tocó emigrar para el Colegio de Barranquilla para Varones,- Codeba- donde me volví famoso por mi espíritu deportista . 

¿Cómo era Chelo De Castro como estudiante?

– Como muchos jóvenes de la época, sano, pero muy travieso, me sancionaron más de una vez por mi comportamiento, pero de todo eso se arrepiente uno y como dice un pensamiento de Víctor Hugo ; “No hay hombre en el mundo que no tenga un pasado de que arrepentirse”.

¿ De dónde le nace la vena de periodista de Chelo De Castro ?

– La heredé de mi primo Eduardo De Castro, yo lo admiraba mucho, me interesaba lo que hacía y él me apoyó a cumplir mi sueño y aquí estoy, dedicado al periodismo deportivo a vigilar de cerca las hazañas de los nuestros, a reconocer a  sus valores y para hacer que se los reconozcan”.

Contaba con 25 años de edad cuando inició el periodismo, en el año 1945 y confesó que pudo haber comenzado antes, pero la oportunidad no se le había presentado.

Desde muy niño Chelo fue muy inquieto. Le gustaba leer, escuchar las noticias y estar al tanto de los acontecimientos, a él le agradaba la idea de comunicar, servir de enlace entre la comunidad para estuviera enterada de los aconteceres del día. Contó con el apoyo de sus padres y familiares en general.

¿Por qué su inclinación por el periodismo deportivo?

– El periodismo que se practicaba en mi época, en sus inicios era totalmente diferente al actual; los hechos no se registraban detalladamente, habían muchos errores de apreciación y esto me inclinó a que me decidiera por la rama deportiva dije:” Hombre yo puedo intervenir aquí, conozco y se mucho de deportes y por qué no incursionar en lo que sé” ?.

Todo ello se debió a la iniciativa del también recordado hombre de radio y televisión Mike Schmulson, Lituano de nacimiento, pero barranquillero de corazón tras su llegada a este país a los dos años de edad cuando sus padres, ambos médicos de profesión se radicaron en Ciénaga, contratados por la United Fruit Company para atender a pacientes con enfermedades tropicales y con el correr de los años se trasladaron a Barranquilla.

Nació de esta manera la amistad arraigada entre Mike y Chelo, ambos ya practicaban la profesión que les deparó el destino y estos dos colosos del periodismo deportivo se fueron compenetrando, Chelo era mayor que Mike, le llevaba 10 años .

¿Maestro Chelo, Cómo y en qué momento nace “Desfile Deportivo”?

Con su sabiduría y tradicional expresión nos dijo:“ El propio Mike Schmulson decide que nos trasladáramos de Emisoras Unidas hacia Emisora Atlántico el 7 de abril de 1953, en un programa propio al que le llamaron “ Desfile Deportivo” ampliando la cobertura del deporte, ya no solo se refería al béisbol, sino, a otras ramas del deporte como: boxeo y fútbol defendiendo raíces deportivas sobretodo en el tema barranquillero.

Pese a la propuesta que le brindaba Schmulson, Chelo  lo dudó al considerar que su voz no era apropiada para el micrófono; no era microfonifera, como lo acentuaba  en su exquisito léxico el recién desaparecido maestro roqueño , quien le confesó  tajantemente que no se le medía  a eso, pero; pudo más la persistencia de Mike que logró convencerlo  y dicho espacio estuvo por dos años al aire.

A este personaje nuestro se le debe que muchos escenarios deportivos lleven nombres de figura de gran talla porque los consideró como grandes hombres, merecedores de ese homenaje tal como el estadio Tomás Arrieta por el pelotero más grande que dio Barranquilla y quizás el país, con Roberto Meléndez al estadio Metropolitano por la gloria que le dio al fútbol colombiano y era barranquillero, al estadio de baloncesto, Elías Chegwin por ese destacado hombre cívico y toda una gloria en esa rama ; al desaparecido coliseo cubierto, Humberto Perea hizo que lo llamaran así no solo porque había sido su compañero en el Colegio Barranquilla, sino porque ese deportista le dio 20 medallas de oro al Atlántico.

Fue considerado como un defensor acérrimo del amateurismo a través de las duras críticas que asumió frente a las políticas del Comité Olímpico Internacional en las acciones en las que no compartía.

Y algo que lo distinguió como una persona cívica y social fue su personalidad en razón de haber aceptado para su programa, propaganda o publicidad que contuviese mensajes que atentaran contra la salud, entre ellos los cigarrillos y licores.

Por su profesionalismo serio, por su lucidez admirable, seriedad, talento de un fino sentido del humor, de un envidiable y riquísimo léxico castizo, y de un manejo perfecto de la gramática española, y ser defensor de nuestro deporte se hizo merecedor de numerosas distinciones.

 Como buen barranquillero sabía que le quedaba espacio para todo y no desaprovechaba la oportunidad para tomar el pelo en el momento preciso, destacándose siempre con palabras esas que siempre hemos estado acostumbrados a escuchar en su “Desfile Deportivo”, un programa, una catedra, dictada por todo un Magister del periodismo barranquillero, digno ejemplo, orgullo de todas las generaciones.

Autor de escritos importantes entre los que se destacan el libro sobre deporte “La pértiga rota” y de “Acuarelas Costumbristas”.

“Mondis miquis joping yegua”, fue  una de las tantas expresiones que usó queriendo decir popularmente…No me crean que tan pendejo.

 Chelo de Castro, barranquillero con cara de gringo y ojos azules como un alemán currambero; dicho de un gran amigo, suyo, roqueño como èl, pero que desde el mas allà lo sigue admirando; el gran Musa Tarud.

Muchos problemas y ratos amargos pasaron por la vida de Don José Victor De Castro Carroll… Chelo De Castro C., pero con coraje dice que  de simples incidentes no pasaron, por haber pisado callos que fueron lastimosos para la gente por sus normas y aseguró que nunca lo amenazaron, porque quien se atreviera a hacerlo no lo lograba porque “le cantaba la tabla”  de una vez.

Chelo de Castro destacó a muchas familias importantes en el sector, entre ellos a Roberto Esper Rebaje, Alejandro Franco quien fue Diputado por el departamento del Atlántico y uno de los presidentes de las fiestas del Barrio, vivía en el callejón de San Roque entre San Blas y San Juan. Calificó de importante al Hospital de Barranquilla como una obra del padre Valiente.

Sintió una gran admiración por el padre Matutis como motor de desarrollo del sector manifestando que de no haber sido por este personaje de la iglesia Católica, el barrio hubiese caído en la mediocridad, en la decadencia, ratificando que fue un gran luchador, razón por la cual indicó que por este motivo el presidente Pastrana le concedió la Cruz de Boyacá al ser el realizador de la concentración escolar más importante de la Zona Negra.

De su barrio resaltó la honestidad de quienes en ese entonces vivían en San Roque, acentuando que con el pasar de los años se inició un proceso de decadencia y de pérdida de los valores tremenda, subrayando que la ciudad se había convertido en una ciudad de delincuentes en todo sentido, atraco por todas partes, asaltos, en donde la palabra no valía nada y los principios éticos ya no existían, se vivía un panorama desolador.

Vivió en el barrio desde que nació hasta la edad de 19 años, cuando las familias de bien comenzaron a emigrar del lugar, precisamente por las anotaciones que resaltó.

Jose Victor De Castro Carroll, fue el barranquillero neto. El ñero, ñero que amó la vida, le gustaba lo natural y especialmente hizo de su sabia existencia un hombre de bien, de respeto; admirado, actuò con honestidad no solo como profesional, sino en lo social   y de una inteligencia admirable, por el discurrir de un accionar claro, de buen sentido del humor como el auténtico hombre que, sabe hacer las cosas y expresa lo que siente con responsabilidad y veracidad, porque para informar hay que estar seguro del tema.

Este hombre durante su existencia trabajó por la reivindicación de la ciudad. Serio crítico de las malas acciones de algunos dirigentes políticos que prometían y no cumplían, en una ocasión cuando trabajamos juntos en la Voz de la Patria le dije en tono jocoso: 

– Maestro Chelo le gustaría ser Alcalde de Barranquilla y con su  sinceridad y en tono entre serio y con visos de humor me respondió…si quieres seguir siendo mi amigo, no se te ocurra volverme a hacer esa pregunta.

Chelo de Castro fue y seguirá siendo para el periodismo deportivo un verdadero ícono, un símbolo que será inmortal para las actuales y las generaciones venideras. 

Estuvo vinculado en una de sus épocas brillantes en el periódico vespertino El Nacional, Diario del Caribe   y El Heraldo permaneciendo allí hace por muchos años, razón por la que el veterano periodista deportivo lo sintió  como su casa, su propia casa,  tirando cuartillas como se dice popularmente  en la vieja máquina de escribir que le regaló el director consejero del periódico, Juan B. Fernández Renowitzky.

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