Cuento

Escalona y sus mitos

“El cuento de Pedro”

Por: Pedro Norberto Castro Araujo 

Emocionado asistí a la invitación que me hicieran al foro convocado por la fundación “Rafael Escalona Martínez”con ocasión del natalicio número 99 del maestro Escalona “El cantor de Patillal” sobre su influencia en el vallenato romántico, siendo voceros e invitados especiales: Rita Fernández Padilla, Gustavo Gutiérrez Cabello, Alberto “Beto” Murgas y Santander Durán Escalona; quienes contaron la profunda incidencia que Rafael Escalona ejerció en la lírica del vallenato cantado en su obra musical.

Escalona fue un mito, fue grande y su grandeza se mide no solamente por sus canciones interpretadas por muchos cantantes vallenatos sino que a través de ellas dio voz al amor y a la historia del vallenato clásico.

Poseía una arrogancia natural que no molestaba, abrió las puertas del vallenato al mundo con sus composiciones. Era noble, generoso, detallista y coqueto. Su influencia perdura en cada composición, en cada letra y en cada sentimiento, fue grande por su calidez, forma de ser, personalidad en lo público, hombre de relaciones; la mayoría de sus composiciones eran cuentos cantados, sus libretos no los escribía; sencillamente los cantaba.

Tenía una personalidad superior y de muchas facetas; fue pintor, algodonero, ganadero, contrabandista; además era filósofo y empírico poeta, era un hombre extraordinario, como bohemio era culto y amable.

Escalona nació con estrella, en su obra no solo marcó una historia, sino que sus canciones continúan resonando en el alma de las nuevas generaciones, su legado sigue vivo en cada producción vallenata; trascendiendo está en el tiempo y el espacio.

Jamás compuso una canción por encargo. En alguna ocasión tuve la oportunidad de ser testigo de una visita de un joven compositor de música vallenata quien era oriundo de la sabana; la intención del compositor era para que el maestro lo nutriera de consejos, con la idea de seguir componiendo. Le contó al maestro que tenía en su haber, registradas más de 800 canciones. El maestro asombrado escudriñó su edad; a la pregunta de Escalona el muchacho le respondió que tenía 22 años.

Con aquella respuesta el maestro Rafael le increpa y le dice: quien tiene que aconsejarme es usted; a mis 80 años y con más de 70 años componiendo no he logrado componer más de 130 obras de mi autoría.

Con la reflexión hecha al joven compositor dio respuesta a la pregunta hecha por mí minutos antes:

“El fruto de mis obras son narraciones cantadas de mis vivencias; nadie más que Escalona ha compuesto mis canciones. Soy el trovador que narró todo lo que ocurrió en la provincia”.

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