‘Conversaciones desde mi ventana’, expresión artística que conjuga pintura y literatura en medio de la adversidad 

Por Richard Leguízamo Peñate

@ricaleguivalle

Un pensador dijo en algún momento de la historia que las manifestaciones artísticas y culturales no tenían caldo de cultivo, que las mismas brotaban solas y se constituían en una muestra fehaciente del cómo las circunstancias adversas pueden ser los nichos de grandes momentos artísticos y subliminales. 

Para el caso de Colombia, la pandemia del COVID-19 se constituyó para muchos en el momento que el universo les regaló para dejar salir algunas raíces de las artes plásticas y musicales, y en otros casos, para dar rienda suelta a un talento que ya estaba dentro de sí, y que sólo necesitaba una ventana para salir en busca de ese sol imponente y muy diverso llamado público. 

‘Conversaciones desde mi ventana’ es una muestra fehaciente de ese fenómeno, es el reflejo de toda una simbiosis plástica, poética y musical que la artista vallenata Dilia Isabel Orozco dejó aflorar desde su Yo interior, para contarle al mundo lo que le produjo el encierro obligatorio de la cuarentena. 

¿Conversando desde la ventana?

Según lo describe la autora, el libro cuenta “los días, las horas, y las huellas de una cuarentena. Es la bitácora de un viaje que no ha llegado a su final”. 

Y es que al escuchar a la misma Dilia Isabel hablar sobre la manera en que fue ‘amasando’ los textos, los trazos, los mensajes y algunas notas musicales para darle forma a su obra literaria-pictórica, el espectador queda con la sensación de que es el resultado de un sentimiento artístico muy profundo que necesitaba ver la luz de un universo que todavía no se repone de una pandemia que se llevó a muchos seres humanos.

Conocer los relatos sobre la manera en que entró en contacto a través de plataformas virtuales con personas de otras ciudades en Colombia y el mundo, mientras ella estaba en la ciudad de Medellín, nos deja ver que muchas personas también experimentaban sensaciones diferentes originadas en la imposibilidad de salir, expresarse y retomar sus rutinas diarias, dentro de una jungla globalizada que nos impone un modelo laboral que no deja mucho espacio para el arte.

Y de esa manera, mientras recopilaba mensajes, intercambiaba pensamientos y analizaba las reacciones de muchos a los azotes de la enfermedad, la artista se puso como meta realizar un dibujo diario, logrando al final 90trazos profundos llenos de un realismo personal e icónico que están acompañados por esos pensamientos que afloraron en circunstancias muy difíciles para la humanidad.

Mucho valor, decisión reprimida tal vez, y hasta una dosis de egolatría sicológica se conjugaron en Dilia Isabel para no desfallecer en esta apuesta mágico-teatral que le permitieron dibujar, escribir, analizar y discernir sobre lo que le ocurría al mundo desde la ventana de su morada en la capital de Antioquia.     

Seguir conversando

Se podrían escribir amplias reseñas sobre esta manifestación que conjuga escritura y dibujo, pero la clave de poder entenderla, o al menos tratar de sentir lo que llevó a su autora a darle rienda suelta a un torrente artístico tal vez reprimido, es leer el libro y apreciar de manera detallada los retablos con los 90 dibujos insertos que componen su esencia. 

Inicialmente, los dibujos estarán expuestos en una de las salas auxiliares de la Biblioteca Departamental ‘Rafael Carrillo Lúquez’ durante algún tiempo, pero el interés de su autora es poder compartirlos con mucha gente, y para eso iniciará dentro de poco un recorrido lúdico-conversado por varios colegios de la ciudad, y si es posible, del departamento del Cesar. 

Desde Conexión Cesar extendemos una cordial invitación para que adquieran ‘Conversaciones desde mi ventana’, una obra llena de mensajes diversos, pero también, se deleiten observando los dibujos que hicieron parte de un volcán de expresiones artísticas que una artista vallenata supo dejar aflorar en medio de una de las épocas más difíciles que ha padecido la Nación colombiana en tiempos recientes.